Lastiman los corceles
las arenas de la calma.
Repica en la fragua
el yunque bruto
el acero burla la contienda
cuando abatido el lancero
da en ofrenda
su peto al alba.
Es Iraq:
enjuga sus lágrimas
en el chador que enmascara a la muerte.
ÁNGEL OPACO
Buscarme en esta hora de niebla
pensamientos que resbalan
por mis huesos
y enjugan su dolor en el espejo
del engaño que perverso
todo lo domina.
Eres duda y acierto
ángel opaco
de alas adormecidas
rumbo colgado en el vacío
tragándose los brillos de mis sueños.
EL LLANTO DEL ARTISTA
Marca la línea
con el pincel de sueños
que irrumpe en su miedo
por otro
en el azul
en su rojo vertiente.
Y muere
muere de a poco
junto al óleo seco
de una paleta dormida.
Se desvanece el paisaje
y sus dedos lloran
abrazando su madero yermo.
ELLA, LA HORA VACÍA
Ella
la que olvida
labrar un poema.
Ella
la que desde afuera
contempla la caída:
astillas de carámbanos
hieren la promesa
inundan el vacío.
Y otra vez llora la palabra
derretida en la clausura.
PALPITAR
Por el derrotero del pensamiento
todo lo veo
todo es asombro.
Me bebo el color
atrapo el aroma
y embriago mi espacios:
se anida en mis dedos
la vida en vuelo.
SOÑAR DE DÍA
Navegar la luna de una sonrisa
rolar en el vuelo de un deseo
arribar donde el azul sella la tierra
en el beso horizontal de los confines.
Es el paroxismo de un sueño que no dejo escapar
olvidando mieles de arándanos
en escarpadas realidades.