Estimados amigos, les comparto la nota enviada a cada uno de los escritores que hemos colaborado con la revista virtual POEMAS EN AÑIL, con aparición en marzo/2017.
Mis queridos todos:
Llega, en adjunto, el nuevo número de POEMAS EN AÑIL junto a mi agradecimiento por haber sumado sus voces. Sin ellas, la revista no tendría alma.
Los espero para el próximo número que verá la luz, Dios mediante, el próximo mes de mayo.
Mi abrazo en la literatura,
Viviana Gladis Álvarez
Poeta
Editora POEMAS EN AÑIL N° 141 - EDICIÓN VIRTUAL - Marzo 2017
www.poemasenanil.com.ar
Si desean ver todo el contenido de la revista, donde hay poetas argentinos y extranjeros, pueden entrar a la página señalada.
Les transcribo mi participación en la n° 141.
MENDIGO
Harapos
de sueños
tu
equipaje
desgarros
que dejó el viento.
Hambre
en las manos
es la
mirada
que
pinta de rojo tu invierno.
Mendrugos
de piedad
imploran
tus ojos.
La
palidez del alma
te sabe
a muerte
en la
transparencia de la noche
que tu
cuerpo en tumba convierte.
Del libro inedito: EL RAYO
EN BALDE DE PLATA
Tuvo los tratamientos más exitosos, los correctos pronósticos y
científicos dictámenes, y su nombre iba quedando en las historias clínicas del
hospital más acreditado de la ciudad al igual que en su consultorio particular.
Su hijo, educado en el mejor colegio inglés; las vacaciones familiares, en
playas exclusivas del Caribe; y una esposa, dedicada a la beneficencia
cristiana.
Llegada la
adolescencia del heredero, la familia debió madurar la homosexualidad asumida
de Manuel. Nada había alterado la armonía hogareña, sin embargo, los años
fueron desgastaron el matrimonio. Entonces las pautas resultaron claras, y el
divorcio llegó acordado mutuamente, mientras la reputación hacía del psiquiatra
una personalidad internacional requerida en los simposios de renombre.
Los distintos ámbitos le facilitaron al profesional el comienzo de
una nueva relación afectiva, que pronto, también, se proyectaría en una nueva
familia. En el transcurso del quinquenio, advinieron los deseados herederos:
Amílcar y María Ana. La vida volvía a tomar su ritmo placentero y
tranquilizador, aunque para el Doctor en Psiquiatría era una íntima
preocupación la pubescencia de Amílcar.
Amílcar
era huraño, apático, con problemas en los estudios, de pocos amigos y amante de
Facebook. Así, en un día de agobio e
insoportable soledad, escribió en la red social: <>.
Un misil se
había disparado, y las redes buscaban al destinatario. María Ana y su madre ya
no atendían los celulares, y el portero eléctrico de la mansión dejó de
funcionar. La orden para el personal doméstico fue no contestar. El psiquiatra,
inalterable, escuchaba a un paciente en su consultorio. La consigna era
resistir el tiempo que aplacaría en el olvido la denuncia de Amílcar.
El matrimonio
emprendió un extenso viaje por África y Turquía. María Ana y su hermano
siguieron su vida en la ciudad, con el apoyo de amigos, y de los dos pequeños
hijos de María Ana y su marido. Corrieron tiempos ásperos, sin embargo
lentamente los días se fueron repintando, aunque la cabeza de María Ana era
inflexible con sus propios sentimientos. No lo dialogaba con su esposo, quien
se hallaba bastante aturdido con lo declarado por Amílcar. María Ana trataba de
comprenderlo en aquella debacle que había significado la confesión pública de
su cuñado en contra de su suegro.
María Ana esperó
al regreso de sus padres. La idea era efectuar una reunión familiar de
sinceramiento, y ubicar a cada uno en su lugar. Evitar que siguieran
produciéndose las huídas, la simulación, la hipocresía, la negación.
El domingo por
la noche, la cena estaba lista, y los comensales, en sus ubicaciones. María Ana
habló:
─Quería esta
reunión para que cada uno de nosotros ocupáramos el lugar que nos cabe, y
necesito comenzar por el mío: quiero divorciarme, me he enamorado de mi amiga
Eleonora, y hemos decidido vivir juntas. La vida es demasiado fugaz, por favor,
emprendamos el camino que nos haga dichosos. Brindo por ello. ─Y levantando su
copa, hizo fondo blanco del espumante francés, que su madre había colocado,
como de costumbre, en el balde de
plata.
Del libro inédito: EL CAMINO DE LIBRA.
TAN AQUÍ Y TANTO ALLÁ
Cómo llegar
si somos tan lejanos
tan ignorados.
Parece que todo
funciona allá
solo posible
a los elegidos,
y nosotros tan aquí
sin alcanzar
la impermeable casta
circundada.
El dragón refracta voces
y cae el sueño de integración.
SÚBITO
Camalote
arrastrado
en el torbellino,
corro
desde
el ángulo oscuro del sueño
hasta
el ojo que guiña la luz.
Cubierta
de verde,
con
mis raíces en hilachas
por
las manos tenebrosas del fondo
voy
esperanzando el deseo.
Araño
el triunfo
y
no llego.
La
magia
cae
hasta
perder su nombre.
Del
libro inédito:
EL RAYO
Les recuerdo que pueden dejar su mensaje o escribirme a:
norma.dus@gmail.com
normadus@hotmail.com
Un saludo afectuoso para todos, y hasta la próxima.
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