FIDELITY
Nació Princesa. La niña fue
educada en Palacio. No asistió a colegio formal, y el Director de Eton era el
preceptor particular que proveía de la instrucción y conocimientos necesarios
para su vida monárquica.
Desde muy joven su sonrisa
fue sepultada por un rostro sin gestos, conteniendo inalterable toda
posibilidad de sentimientos expresos.
Se sabía que sería la
heredera, y para eso se fue moldeando su vida, en Palacio.
Se casó con un apuesto
oficial, sin familia de abolengo y con un título nobiliario comprado con
fortuna y arreglos económicos. Pero ella lo amó sin pretensiones.
Luego los hijos vinieron en
medio de vendavales matrimoniales y negados adulterios. Mientras, la nación
instruía sus reglas. La sociedad reclamaba, y los vasallos demandaban presencia
y ejemplos virtuosos.
La vida transcurría opaca,
con obediencias casi normales y agobiantes. Consejos y proposiciones se
imponían sobre la ignorancia conceptual de la doblegada Alteza. La falta de información
hacía que la mujer Princesa luchara en función de su próximo reinado.
La muerte inoportuna de su
padre, El Rey, aceleró la coronación. Era la hija mayor.
Confrontar con naciones
dominadas absurdamente, colonias, fuentes de riqueza y obligaciones iban socavando
las energías, aun reprimiendo dolores, y pintando bienestar y alegrías en óleos
que transmitirían falsas historias. Una familia desafectada, hijos ausentes criados
por institutrices, un matrimonio figurado, sumaban para endurecer la estampa de
la frágil y solitaria “Alteza Real”, La Reina. Jamás una lágrima correría por
aquellas mejillas apenas ruborizadas por los polvos del disimulo y la frialdad.
Pero esa mañana, el tiempo
se detuvo y soltó las aguas del desconsuelo. La noticia lo pudo todo, quebró
los grilletes de la compostura logrando desamarrar el llanto contenido para el
mundo real. Había muerto “Fidelity”,
símbolo oriental de la paciencia y la sabiduría cuando uno se encuentra bajo
presión. La pequeña tortuga, mascota preferida de La Reina, apareció masticada
por el Mastín, propiedad del Príncipe Consorte.
La Reina, por primera vez,
lloró desconsolada.
NORMA DUS
R.P.I. n° 5400673/18
TIRRENO
Una danza macabra dominaba al cuerpo
negro y lustroso de Ibrahima. El espacio era infinito. Su mente iba alentada,
aferrándose a la búsqueda de la respuesta que oteaba en aquel horizonte de
esperanza y salvación.
En ese cuerpo dolido rebotaba la energía,
pero la desolación le mantenía la fiebre alta de la sangre. La carne se
conmovía en la peligrosa zozobra del ardor que le daba la insolación.
No había palabras, todo era un
desborde de sudor que afloraba y era barrido por el pulso agotado.
Mantenía sus labios sellados,
mordiendo la desesperación, que pérfida, le hacía doler los párpados. Esos
párpados que ateridos intentaban sostener la visión despierta. No había que
perder el rumbo.
La distancia se iba estirando como el
agua misma, que se licuaba, lenta, agresiva, insondable.
Ya la noche venía apagando los
espejismos, cuando fue en un instante que el golpe lo tiró sobre las rocas
playeras. Su balsa se había estrellado, brutal y el desmayo no le permitió ver
que ya estaba en la costa itálica. Sus muñecas sangraban la liberación de los
remos. Y el destierro y castigo de náufrago senegalés había concluido.
NORMA DUS
r.p.i. n° 667443/18
2 comentarios:
FELICITACIONESSSSS por el éxito obtenido!!!!Merecidísimo!!! Hay que muy valientes y responsables para organizar este evento tan impecablemente! Enorme alegría me dió saber que para el próximo año, muchísima gente de todo el país quiere sumarse....BRAVISIMOOOOOO!!!!!!!!!!!!
FELICITACIONESSSSS por el éxito obtenido!!!!Merecidísimo!!! Hay que muy valientes y responsables para organizar este evento tan impecablemente! Enorme alegría me dió saber que para el próximo año, muchísima gente de todo el país quiere sumarse....BRAVISIMOOOOOO!!!!!!!!!!!!
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